sábado, 23 de agosto de 2014

Cuatro

El tiempo de los cachetes gordos ha pasado. La edad del peinado de dos coletas se ha ido. Han crecido.

Con Iryna el proceso de aprendizaje casero (tanto tiempo y al final, no sé qué término usar) está llegando a su fin de forma oficial. Seguirá aprendiendo caseramente, por supuesto, pero ya va siendo hora de tener otros aprendizajes. El ciclo se está cerrando. Recuerdo en este momento cuando leía a Ipe y estaba en este proceso y yo lo veía tan tan lejos... pero llegó y lo sentí como un suspiro. Tengo la completa certeza que lo vivido y aprendido este tiempo le va a acompañar toda la vida y espero, con los dedos cruzados, que le sirvan para armarse una vida propia, plena y feliz.

Cedric está inmenso, pero aun me asalta la duda de si va a "crecer", a "madurar" algún día. Más que nada es simple curiosidad. Es un ser muy bonito, todo un misterio. Con él es como una buena novela inglesa, al dar vuelta a la página cualquier cosa interesante puede ocurrir, lo mantiene a uno expectante. Creo que nos acompañaremos unos buenos años. Seguimos dándole vueltas para que pueda tener un futuro suyo. Si ha sido difícil con Iryna, con el mono mucho más. Eso nos llevará tiempo.

Los peques siguen siendo peques, grandes peques. Cada vez más independientes, aprendiendo de todo y de todos. Explorando el mundo. Aunque el tiempo pasa, aun no hay afán. Ya sus cuentas no son de días o meses, ya son de años.

Estamos todos juntos y no hay nada mejor en el mundo. Escuchar a los 4 reírse es la felicidad completa.