sábado, 26 de mayo de 2012

Más frases Liamnescas

Le dice Líam a Fabián:

- Papi, ¿puedo jugar en el computador?

- Pregúntale a tú mamá - dice Fabián.

A lo que el 'angelito' responde:

-Pero papi, ¡tú también mandas en esta casa!

domingo, 20 de mayo de 2012

Crisis y planes

Hace más de un año escribí esta entrada. La releo y digo uf! ¡vaya! ALGO he avanzado, jejeje.

Ha sido un año largo. He llorado lo indecible. Las crisis van y vienen con las lunas, como la marea, como las contracciones que se intensifican y luego pasan y todo está perfectamente en calma... hasta que comienza la siguiente.

Hace unos 8 meses hacía un inventario de lo que pensaba, de lo que quería, y veía que había tres grandes temas en mi vida que laboralmente quisiera explorar:

1) La educación en casa. No solamente como lo que hago todos los días con mis hijos sino como una visión para proponer procesos alternativos de aprendizaje, para intervenir en proyectos educativos y demás. Inicié entrevistas a familias que educan en casa en enero (alcancé a hacer dos) pero con tantos cambios este año, no pude continuarlas

2) La maternidad consciente -embarazo parto crianza-. Por ello me certifiqué como doula en septiembre del año pasado. Y tengo en mi cabeza un poco de ideas que espero tengan su momento para ser realizadas.

3) La música. Y así, siempre la había dejado de última, y así sencillamente: música.

Pero a finales del año pasado decidí ingresar a una academia de música.

La música ha sido parte fundamental de mi vida. Me crié escuchando toda la música clásica que se puedan imaginar, música protesta (curioso para unos padres tan conservadores como los míos, pero su estancia en Francia por más de un año, los llevó a tener muy cerca esta música), y música colombiana (mi abuelo paterno era músico). Clásica, protesta, colombiana. Luego con mis hermanos llegó Michael Jakson, Lionel Richie, Cyndi Lauper, Madonna, Silvio Rodríguez, salsa, merengue, rock en español.

La música me encanta. Tuve dos intentos de estudiar música en el conservatorio: a los 9 años y a los 15. Pero la música clásica no es lo mío, disfruto escuchándola, pero no interpretándola. Así que hasta allí llegaron mis intentos. Yo tomé decisiones y me fui por otros caminos... Y la música nunca había sido una opción... hasta ahora.

En medio de alguna crisis le preguntaba a Fabián que cómo hacía uno para saber qué elegir, porque para él desde 10° grado fue clarísimo que lo que quería era hacer teatro y yo no entendía como se encontraba eso. Su respuesta fue que eso era como estar enamorado, uno lo sabía o no y punto. Y lo que pensé es que en esa dirección, siempre he tenido un fuerte amorío con la música. Entrar a estudiar 'en serio', ha sido darme cuenta que es una verdad real y absoluta para mí.

Y ME HA DOLIDO... todo lo que puedan imaginar. Llevo dos semanas en que el poner el tema implica lágrimas, y muchas. Porque aunque me sepa la teoría y diga que no he "perdido el tiempo",  que es un buen momento para comenzar y que aun no es tarde para hacerlo, emocionalmente la cosa no ha funcionado así. Me siento vieja, ignorante, tonta por haberlo negado tanto tiempo.... Pfff!

Un amigo me hizo una pregunta: ¿Por qué no estudiaste música, por qué estudiaste antropología? Y de momento creo que realmente no tengo una respuesta. Me dije que solo contemplaba la opción del conservatorio y no quería volver allí, que pensaba que simplemente con cantarles a mis hijos era suficiente, y cosas así, pero ninguna respuesta fue suficiente. Fabián me dice que no tengo que tener una respuesta necesariamente... Yo lo único que se es que mi más grande deseo en la vida era ser madre y ese sueño prevaleció por encima de cualquier otra cosa; sí, estudié antropología y ha sido un complemento para mí inmenso, de mi carrera no reniego (además, sentía que necesitaba un cartón profesional de la Nacho para que mis padres estuvieran mínimamente satisfechos conmigo), y pues he de aceptar que hayan sido esas u otras razones, esas fueron mis decisiones y son lo que han hecho que hoy sea quien soy.

De haberme metido de lleno en la música hace 10 o más años, posiblemente no habría tenido a mis dos chiquitines, y haberme dado tiempo completo para esperarlos, parirlos y criarlos ha sido la experiencia más importante, grata y maravillosa de mi vida.

Pero los hijos son prestados, y basar mi proyecto de vida en ellos no es justo (para ninguno). Y eso fue lo que entendí hace algún tiempo y que por eso sentí que debía decidir qué más hacer. Y ahí es cuando retomo el cuento de la música.

Inicialmente lo vi como una alternativa, parte en hobby parte en serio, pero poco a poco descubrí mi realidad. Me llevó dos meses hacer conciencia de que eso era lo que quería hacer (con toda el alma) el resto de mi vida, y el golpe ha sido bárbaro. Ya me recuperaré.

Paso las tardes allá de lunes a viernes y si uno quiere avanzar pues toca estudiar, y no es poco, cada momento que puedo intento invertirlo en eso (de ahí que haya estado un poco 'floja' con el blog). Así que hacemos unschooling en la mañana y abuelo'schooling en la tarde, jejeje ;) Y en la noche pues no les queda más opción que acompañarme a estudiar música (se aprenden las canciones del coro, de canto, del grupo de son y las melodías de taller). Reacomodamos horarios y aun seguimos en ajustes de tiempo, no ha sido sencillo pero ahí vamos.

Qué vendrá? Hasta dónde llegaré con todo esto? No lo sé. Fabián dice que hasta donde yo quiera, si es así, quiero MUCHAS cosas y voy a buscarlas. De momento, lo único que acierto a decir es que agradezco profundamente a mis maestros de la escuela a Ligia, a Nicolás y a Ricardo, por abrirme de nuevo las puertas a la música, por enseñarme tantas cosas, por confiar en mí y hacerme sentir que sí puedo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Hilos y cuentas

Hablaba con una mujer que tiene a su hija de 16 años en un colegio catalogado popularmente "para superdotados", hablo del colegio Merani. Ella me contaba su experiencia de varios años y el ver que no había sido el mejor cole para su niña pero que al intentar cambiar de institución, la niña estaba mucho más adelantada que los niños de colegios "normales" así dentro del Merani ella estuviera  dentro de la media. Y por ello prefirieron continuar en él. Me decía ella que posiblemente en ese colegio no había aprendido muchos datos pero que su comprensión lectora, su expresión escrita y el desarrollo de pensamiento era muy bueno.

Luego de leer mucho aprende uno a ser más humilde y a procurar no hacer afirmaciones categóricas, a no imponer muchas cosas, a dar opciones....

Le decía yo que la memoria y los datos eran también importantes, ella me decía que no, que para eso están todos los medios tecnológicos que están a nuestro alcance.
Yo le decía que debía haber un equilibrio y se lo expliqué con un ejemplo que es el siguiente:

Imaginemos que vamos a hacer un collar, ¿Qué necesitamos? Hilo y cuentas:

Comprender, analizar, relacionar, sintetizar, generalizar, sustraer, etc, son el hilo, el hilo conductor de base sobre el cual se construye. Así que el hilo podrá ser fuerte, rígido o elástico, débil o quebradizo...

Los datos, la información son las cuentas, las pepitas con las que vamos construyendo el collar. Y hay cuentas de todos los colores, tamaños, formas, precios, calidades... Unas nos las regalan, otras las encontramos, otras las buscamos...

Juntos completan el proceso de aprender y, más allá, diría que de vivir.

Lo que vemos con frecuencia en nuestro medio es que a los chicos en el cole les dan pepitas (y en general de no muy buena calidad), pero solo eso, pepas sueltas, que por sí mismas no tienen sentido, con las cuales poco o nada se puede construir al no haber hilo.

Para cada uno habrá una forma única de hilar y las cuentas que necesitaremos o que le queremos poner a nuestro collar son particulares. Pienso que eso es en gran medida lo que buscamos al elegir este tipo de aprendizaje en casa, que cada niño y joven encuentre su manera de hacer, de ser y se encuentre a sí mismo en lo que piensa y en lo que hace. Que tenga los hilos que desea o necesita, las cuentas que quiere y decida, y sepa (desde sus propias hipótesis y respuestas) qué, cómo y por qué construir. ¿Y si el resultado no es el esperado? Comienzas otro o sueltas el nudo, desarmas y vuelves a empezar.