En el Congreso de educación sin escuela realizado por la Universidad Nacional la semana pasada, contamos con la presencia de dos invitados internacionales muy interesantes: Alan Thomas y Harriet Pattison. Alan Thomas lleva 30 años estudiando la educación en casa desde diferentes ángulos y en varios países; junto con Harriet han desarrollado una investigación alrededor de Cómo aprenden a leer los niños, quienes sean hábiles en las lides de la lectura del inglés pueden consultar
esta página (y nos cuentan, jejeje)
Sus experiencias me caen en este momento al dedillo, ya que llevo
varios meses masticando qué posición tomar frente a la educación directiva o no directiva en casa.
Como ya les he contado vaaarias veces, a la edad de tres años y medio Anuk sintió la inquietud de querer aprender a leer; nuestra inseguridad como padres y el desconocimiento de muchas cosas nos llevaron a contratar un profesor. No reniego de ello, Leonardo es un ser humano maravilloso con quien no paramos de intercambiar conceptos, experiencias y demás; para él este ha sido un proceso único a través del cual ha aprendido infinidad de cosas y puesto a prueba teorías y prácticas, construyendo sus propias razones y metodologías. Iniciamos con clases bastante "formales" con un alto grado de silencio en la casa y el trabajo dirigido a partir de él; poco a poco la cosa se fue transformando hasta terminar haciendo la clase en medio de la sala, con Líam participando (a ratos trabajando a ratos brincando), Anuk dice qué quiere hacer en un 80% y Leo la secunda, y de vez en vez propone, han pasado por escribir en rollos de papel, en cartulinas en la pared, en papeles de colores, con pinturas, marcadores, lápiz, esfero, han tenido temporadas de canciones y bailes que acompañan la lectura y escritura. En conclusión el proceso ha sido hermoso, alegre, agradable y el resultado progresivo y asombroso, Anuk ya está leyendo, falta aun mucho camino por recorrer para leer de corrido, pero ya lee, y le gusta.
Con Líam no me afana, con los conocimientos que hay hoy tengo la tranquilidad de decir que aprenderá a leer llegado su momento; no le pondría profesor para ello, aunque lo 'estimularía' con las cosas que él mismo pida y con las cosas que sé que le gustan, como las palabras del método Domman, que aunque hace meses no las trabajo cada vez que las saco a él le encanta y le emociona. Pero al punto que quiero llegar, después de tanto rollo, es que tengo plena confianza en que aprenderá a leer.
Alan Thomas decía que hay puntos importantes para el aprendizaje como: el ambiente en el que el niño crece, la observación, la práctica, las conversaciones y discusiones, la lectura placentera, la exploración, el juego y el papel de los padres que es ofrecer y responder. Por qué aprenden los niños? Dice él que los niños tienen de manera innata una capacidad para aprender lo que les ofrece su ambiente cultural, el cual inicia desde antes de nacer. Una de las conclusiones de su estudio fue que "el colegio no parece algo natural, con gran esfuerzo uno trata de forzar en los niños algo que en todo caso va a ocurrir" Harriet nos contaba de su estudio con una encuesta aplicada a familias homeschoolers y la respuesta que arrojó el interrogante de "a qué edad aprenden los niños a leer?" fue "entre los 2 y los 16 años" Con estos resultados ella decía que normatizar la edad del aprendizaje de la lectura entre los 5 y 7 años es una cosa muy arbitraria...
Así que, desde hace un tiempo estoy más relajada en cuanto al temario a aprender, y he quedado más tranquila con la experiencia de Alan y Harriet. Con Anuk y Líam no me afana, tienen un proceso hermoso, no paran de aprender ni preguntar, propongo pocas actividades y ellos, espontáneamente, realizan muchas, y juegan y juegan y juegan. Ah! mi padre le trabaja mates a los tres pequeños y en general hacen todo con gusto y entusiasmo. Pero la cosa es que cada vez confío más en que aprenderán lo que necesiten aprender, según sus gustos intereses, habilidades y según lo que el medio les ofrezca. Vuelvo y digo que para mí lo más importante es un espacio enriquecido de aprendizaje, los niños aprenderán de lo que tengan a mano a su alrededor, en su entorno, en su 'hábitat'. Así que he acuñado-encontrado un término para describir nuestro temario que nos servirá parra seguir batallando las preguntas de los legos en el tema del HS: nosotros seguimos un
"CURRÍCULUM CULTURAL" marcado por ser quienes somos y dónde vivimos, por nuestra familia, casa, espacio de trabajo, lecturas, conversaciones, amigos, actividades y todo eso que llama uno VIDA, lo que se hace día a día, sumado a los intereses, habilidades y conocimientos de cada niño. Eso es lo que aprenden nuestros hijos y esa es la base de su aprendizaje, y no hay dos iguales.
Con los grandes, como bien dicen Marvan y Silvia, las cosas cambian y más aun, creo yo, cuando venimos de una desescolarización. A Iryna la estamos empujando para que escriba y al mono con la lectura y la escritura... Cedric tiene dislexia, una de las cosas que más nos asombra en él es que haya aprendido a leer, aun hoy con sus casi 13 años le es tan difícil la lectura que nos maravilla el hecho de que haya aprendido, y aunque es muy trabajoso le gusta leer, claro, cuando él elige el qué, el cuándo y el dónde, pero... desde hace un par de meses está trabajando también con Leo, haciendo lecturas, escribiendo y
corrigiendo, una cosa que le desagrada en demasía así que cada clase cuenta con su dosis de pataleta y esa es una de las preguntas que me hago: Seguimos con las clases o lo dejamos a su proceso propio? Leo está asombrado y feliz de lo mucho que ha mejorado, de la disminución de errores a la hora de escribir, así que hay progreso, pero, y si suspendemos las clases y lo dejamos en libertad, ¿llegaría a aprender lo mismo, a su ritmo? No lo sé, no lo sé y la respuesta no es sencilla porque el cuadro del mono es complejo (dislexia, discalculia y déficit de integración sensorial) y la respuesta por lo tanto racionalmente hablando no es sencilla. Aunque creo que podría serlo, podría simplemente confiar en que él aprenderá lo que necesita aprender, -como todos los niños si los dejáramos en libertad de escoger qué aprender-, lo aprenderá con gusto y lo aprenderá bien, en SU momento, a SU ritmo, y aprenderá lo que sea necesario para él. La pregunta es, ¿podemos nosotros como padres confiar completamente en la genética y nuestra condición de seres humanos y abandonarnos a que exploren y desarrollen SUS capacidades y habilidades? ¿podremos dejar a un lado la carga cultural y capitalista que nos empuja a adiestrarlos en ciertos ámbitos del aprendizaje, como la lectura y las matemáticas, y considerar por igual a todas las áreas del conocimiento? ¿podremos aplicar esto a una personita tan particular como Cedric?