jueves, 22 de julio de 2010

Aprendiendo a leer y algunas reflexiones de educar en familia

En una entrada anterior hablaba de la poca comprensión de lectura de Cedric y de las ansiedades que me asaltan al pensar en esto, así que voy a extenderme en el tema un poquillo, dada toda la información que he encontrado en vuestros blogs y en especial en la entrada de Paloma que me recomendaba.

Mi familia es de lectores. Mi padre de niño y de joven era asiduo a la biblioteca y ha recorrido todos los clásicos; su biblioteca fue lo más maravilloso que pude tener de niña y de joven.

Mi hermano mayor aprendió a leer solo, antes de ir al cole solo con la preguntadera a mi madre de qué dice acá. Mi hermana siempre se arrepintió de lo poco que había leido de joven. Cuando íbamos de vacaciones lo primero era la ropa y de segundo un libro.

Aunque no recuerdo bien mi proceso de aprendizaje con la lectura, recuerdo el gran interés que tenía por aprender. Cuando entré a colegio grande tenía 6 años y leía muy bien, entre 100 niños, sólo 3 sabíamos leer. Escribir me pareció mucho más difícil que leer; la mano pesa, los dedos duelen, los trazos se tuercen y la mente va mucho más rápido que la mano. Y considero hoy en día que aunque la escritura sea un ejercicio de motricidad fina muy interesante, el desarrollo motor solo está listo para ella mucho más tarde que a los 6 o 7 que nos han dicho.

Leí lo que se me cruzó en casa. Literatura infantil, universal, novelas, hasta que descubrí la novela policiaca y ahí me quedé muucho tiempo. Aun tengo deudas con la biblioteca de mi papá, a Dostoievski no le ha llegado su momento. En casa también tenía acceso a revistas especializadas de ciencias lo cual me abrió otras ventanas.

Con Iryna el proceso fue sencillo, en tres meses de aprestación en el cole comenzó a leer. No tuvo mayores dificultades. No ha sido muy buena lectora hasta ahora que la tiene atrapada la saga de Corazón de Tinta. Cuando escuchábamos a sus compañeros de curso leyendo veíamos que Iryna leía mucho más fluido, ¿por qué? Ni idea, pero la diferencia era notoria.

Anuk desde hace un año viene con un proceso de inicio a la lectura y escritura muy bonito. Ella tenía gran interés por aprender, por eso tiene profe. También escribe su nombre y el de su hermano, copia frases y palabras. Le gusta pero va sin afán. También complementamos las clases con un poco de Doman y aunque no hemos sido los mas juiciosos sí hemos tenido resultados positivos.

Así que Cedric nos tomó por sorpresa: dificultades desde todas las áreas. Cedric lee pero comprende muy poco. Lo que siempre todos han resaltado es su ánimo, su espíritu alegre y disposición a aprender, aunque todas esas maravillas se desdibujan cuando encuentra alguna dificultad, tiene muy poca "tolerancia a la frustración", pero aun es pequeño y eso irá mejorando con el tiempo.

Como leía en la entrada de Paloma, cometemos muchos errores cuando como papás nos enfrentamos a algo desconocido, insospechado. Si nadie en la familia ha tenido problemas, pues uno no conoce nada de nada, ni siquiera se imagina que algo así pueda ser posible. Cedric nos ha enseñado muchísimo (y lo seguirá haciendo, no cabe duda). Una amiga nos decía "qué maravilla, qué bueno que sea distinto porque eso nos muestra la diversidad de los seres humanos". Cierto, pero a la vez es difícil porque no sabemos qué hacer.

También empieza uno a cuestionarse por algunas cosas que dicen algumos "expertos alternativos" y es todo eso de que tenemos muy encumbrado el conocimiento de las matemáticas y de las letras, por ello cuando tienen una dificultad en esas áreas los colegios llaman y los padres nos preocupamos. Pero pocos padres serán llamados al cole con motivo de que sus hijos no han aprendido a bailar, o desafinan, o no aprenden a manejar el computador, o no saben pintar, o patear el balón. Si decimos que todo lo que aprendan es IGUAL de importante, por qué nos afanamos tanto por las mates y las letras? Cómo nos quitamos ese complejo que nos han metido en la cabeza? No suena fácil, pero pienso que es sano y provechoso para todos hacer un esfuerzo grande para que esto sea real.

Creo que lo importante es saber bien una o algunas cosas y que disfrutemos aprendiendo y haciéndolo, sin darles juicios de valor, ni  ponderar unas áreas sobre las otras. Que seamos felices con lo que hagamos y con ello podamos vivir cómodamente, es para mí lo importante. Y eso es lo que deseo para mis hijos, no solo para Cedric, para todos. Que cada uno de ellos sienta que puede realizarse en el área que desee, sin que se valore más una que otra, sin que se diga que ser médico o abogado es mejor que ser carpintero o panadero. Que eso es algo con lo que pueden contar. Mi tarea es que tengan el espíritu de aprender y lo desarrollen, que sepan dónde buscar, a quién o a dónde ir cuando necesiten aprender algo que no se pueda de otra manera, que aprendan a pensar y... amarlos siempre.

5 comentarios:

Silvia dijo...

Pues Cedric nos está enseñando una lección a todos, porque como dices, debemos de veras, de corazón, no valorar sólo lo que tradicionalmente se ha valorado, el sobresalir en números o letras, sino los talentos que tengamos, sean cuales sean, y todos tenemos, y tener presente que para los niños no desear a toda costa que sobresalgan académicamente o que se desempeñen en carreras como medicina, derecho, ingenierías, sino que como dices tengan espíritu de aprender, de buscar, de saber valerse en la vida, y me encanta, AMARLOS SIEMPRE. Debemos de tomar conciencia social de que muchos de los hombres Y MUJERES que tanto han aportado a la historia no eran deslumbrantes por sus trabajos, o sus títulos ni medallas, o por su posición social.
Me encanta escuchar las historias de vuestra familia cuando crecísteis y en el presente con tus propios hijos.

Ana P. dijo...

Zinnia,cuando nuestros hijos nacen, tenemos en mente una imagen de cómo nos gustaría que fueran, aunque no seamos conscientes de eso. Es un trabajo duro renunciar a esa imagen del "hijo soñado" para aceptar al hijo que tenemos frente a nosotros, y lograr que nos gusten de verdad, porque son nuestos hijos. Para mí es difícil, muy difícil, muchas veces no lo logro.
Leíste el post de Handmadehomeschool? me encanta la frase que ella dice que tiene escrita en su diario, en que dice que: "su hijo no está dañado, no necesita que lo arreglen. No es la vesión imperfectade alguien más" Yo debería repertirme esto todos los días.
Hoy ando achantada, no dejes que mi ánimo te afecte ;)
Un besito

Silvia dijo...

Zinia, cambiando de tema abruptamente, je je je...tú cocinas mermeladas caseras. Me pasas una receta o algo? Hoy hice mermelada de higo pero me puse de un enfado, porque se lo prometí a Steve, pero estoy intentando que comamos sano, más sano, no es suficiente lo que hacíamos, y como tenemos tantos higos se nos ocurrió preservar al vacío, y con el ánimo malo (me lo habrá pegado Ana...je je...no creas, es por que tengo que ver el libro de conoce tu cuerpo, porque no me falla, cada mes me pongo que trueno). Pues lo que decía, que le dí el día a mi marido y para nada, la mermelada está en sus botecitos tan bien envasada y deliciosa, pero eso sí...con muuuucho azúcar. Por eso quiero que me digas cómo hacer fruta en compotas, o algo más saludable si es que lo hay.
Besos a las dos y pongan el botoncito de subscribirse a post y comentarios, para no escarbar y rebuscar las respuestas. (Ya las molesto el lunes con esta vaina, je je )

Zinnia Muñoz dijo...

Ya hice la tarea que nos pusiste :)

En cuanto a las mermeladas,lo primero que tienes que averiguar es qué endulzantes diferentes al azucar consigues en allá. Pueden ser melazas de cereales, ágave, etc. Pregunta en mercadillos alternativos o ecológicos, tiendas naturistas, tiendas vegetarianas; en alguna parte debes conseguir opciones diferentes al azucar. El proceso para hacer una mermelada es casi igual en todas las frutas, las roceas con el endulzante y lo dejas un tiempo para suelten sus jugos y los pones a cocinar a fuego lento. Qué frutas encuentras allá? Se puede hacer con piña, mango, fresa, mora, uchuva. La manzana y la pera quedan más como compotas con las que puedes hacer gelatina (las dejas más aguadas y le agregas gelatina natural (sin sabor) ) Cuando ya estén cocinadas las trituras, puede ser con un procesador de alimentos y listo.

Cualquier cosa me cuentas

Carmen Ibarlucea dijo...

Zinni tienes mucha razón, sobre la valoración que hacemos de los que es bueno aprender... y lo que es imprescindible. Y la tarea de amar a los hijos tal y como son ... esa dura toda la vida.

Cariños inmensos